En el Perú no es una tarea fácil elaborar el “top” 20 de sus lugares turísticos. Y es que hay tanto por ver y conocer en un país tan diverso y con miles de años historia, donde lo geográfico, lo histórico y lo cultural se complementan para crear destinos excepcionales.
Hecha esta aclaración, te presentamos esta lista que agrupa monumentos arqueológicos prehispánicos, áreas naturales protegidas, patrimonios culturales de la humanidad, cordilleras con montañas sagradas, entre otros sitios extraordinarios que evidencian que “el Perú lo tiene todo”, como reza una frase popular.
Te invitamos a descubrir —a través de nuestras palabras e imágenes— los “top” 20 que te esperan en el cambiante, mágico y biodiverso territorio peruano. ¡Te esperamos!
Contents
- 1. Santuario Histórico de Machu Picchu
- 2. Complejo Arqueológico Chan Chan
- 3. Islas Ballestas
- 4. Reserva Nacional Titicaca
- 5. Líneas y geoglifos de Nazca
- 6. Centro Histórico de Lima
- 7. Parque Arqueológico de Sacsayhuaman
- 8. Ciudad Sagrada de Caral
- 9. Parque Nacional del Manu
- 10. Huaca Pucllana
- 11. Baños del Inca
- 12. Monasterio de Santa Catalina
- 13. Reserva Nacional Tambopata
- 14. Montaña Vinicunca
- 15. Parque Arqueológico de Choquequirao
- 16. Parque Nacional Huascarán
- 17. Valle Sagrado de los Incas
- 18. Catarata de Gocta
- 19. Museo Tumbas Reales de Sipán
- 20. Nevado Salkantay
1. Santuario Histórico de Machu Picchu
Es el mayor atractivo turístico del Perú y la máxima expresión de la arquitectura prehispánica en Sudamérica. Construida a finales del siglo XV por órdenes del inca Pachacutec, Machu Picchu es una ciudadela imponente, enclavada en una montaña de la selva alta.
Considerada como una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno, la “montaña vieja” (ese es su nombre en español) no solo es arqueología. La naturaleza aquí es prodigiosa y alberga una interesante diversidad de especies de flora y fauna. Estas le dan vida y hermosean un santuario boscoso a 2430 m s.n.m.
Visitada anualmente por millones de turistas, este destino mundial se encuentra en la provincia de Urubamba, a cuatro horas del Cusco (por vía terrestre y férrea). También es accesible por un tramo del Camino Inca (4 días / tres noches).
2. Complejo Arqueológico Chan Chan
Una ciudad de barro con 9 templos amurallados con representaciones zoomorfas. Una urbe costera de 20 km² de extensión que, en su apogeo, albergó hasta 100 000 personas. Una obra arquitectónica que fue el centro del poder de los chimú (700 a 1400 d. C.), una civilización prehispánica del norte del Perú.
Chan Chan (Sol Sol en español) es una evidencia arqueológica de que el desarrollo en el antiguo Perú, no se limita a la zona andina ni a la avanzada organización social, militar y agrícola del imperio incaico.
Declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco en 1986, Chan Chan —a 5 kilómetros de Trujillo (capital de la región La Libertad)— es parte de Circuito Norte, una propuesta turística que engarza a varias zonas arqueológicas, como las huacas del Sol y la Luna.
3. Islas Ballestas
El Perú no solo es pampas y cordilleras. Su costa desértica es el refugio de diversas especies de la fauna marina. Eso es lo que descubrirás en Ballesta, un conjunto de pequeñas islas frente a la península de Paracas (provincia de Pisco, región Ica).
Tu aventura en el Pacífico peruano comenzará en el muelle artesanal El Chaco, donde zarpan las embarcaciones hacía Ballestas, donde avistarás —siempre desde el mar— colonias de lobos marinos y nutrias, además de pingüinos de Humboldt, pelícanos, cormoranes de patas rojas, zarcillos y piqueros, entre otras aves.
Después de navegar explora la Reserva Nacional de Paracas. Durante el recorrido terrestre podrás visitar el Museo de Sitio Julio C. Tello, fotografiar flamencos en su hábitat natural, relajarte en playas recónditas y contemplar la contrastante geografía de la costa peruana que es desierto y mar.
4. Reserva Nacional Titicaca
Un lugar legendario con islas tejidas con totora, con playas que parecen extraídas del Caribe y comunidades organizadas para recibir a los turistas. Todo eso y mucho más en el lago Titicaca que en sus 8300 km² de extensión compartidos por Perú y Bolivia, alberga 530 especies acuáticas de flora y fauna.
En el Perú, el Titicaca, el lago navegable más alto del mundo (3812 m s.n.m.), se encuentra en la región Puno. En la ciudad del mismo nombre iniciarás tus travesías hacia las islas de los Uros, Taquile y Amantaní, los principales sitios de interés —mas no los únicos— en este gigante lacustre.
5. Líneas y geoglifos de Nazca
Uno de los mayores misterios arqueológicos del planeta se encuentra en el Perú. Diversas teorías —terrenales, cósmicas y hasta interplanetarias— tratan de explicar el origen de las líneas de Nazca, cuyos geoglifos representan seres antropomorfos, zoomorfos y fitomorfos, además de figuras geométricas trazadas en el siglo V a. C. en una pampa de 500 km².
Reconocidas como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco en 1994, las enigmáticas líneas elaboradas por los hombres de la cultura nazca, solo se ven a plenitud desde el aire. Esta peculiaridad genera diversas interpretaciones científicas y místicas que generan un aura de misteriosa.
Al volar sobre las pampas de Nazca (en la provincia del mismo nombre, región Ica), verás con “ojos de drone”, los geoglifos del astronauta, la araña, el mono, el colibrí, la ballena, el cóndor, entre otras imágenes que serían un calendario agrícola o un mensaje a los dioses precolombinos.
6. Centro Histórico de Lima
Es un error turístico pensar que Lima es solo un lugar de paso. Fundada el 18 de enero de 1535 por el español Francisco Pizarro, la capital peruana conserva en su Centro Histórico, iglesias, casonas y conventos que son auténticas maravillas de la arquitectura colonial.
Declarado Patrimonio Cultural de la Humidad por la Unesco en 1991, las calles de la vieja Lima te conducirán a espacios urbanos monumentales, como la plaza de Armas, la Catedral, el convento de San Francisco, el Palacio de Gobierno, el jirón de La Unión, entre otros lugares que te transportarán en el tiempo.
Aprovecha tu visita para explorar la gastronomía peruana. La carta incluye delicias como el ceviche, el lomo saltado, la papa a la huancaína y el ají de gallina. Si quieres endulzar tu paladar prueba el suspiro a la limeña, el turrón de doña Pena o el clásico combinado de arroz con leche y mazamorra morada.
7. Parque Arqueológico de Sacsayhuaman
Por su cercanía el Centro Histórico del Cusco (la distancia es de 4 km) y sus enormes bloques de piedra caliza de hasta 200 toneladas (lo que equivale al peso de 30 elefantes) el parque arqueológico de Sacsayhuaman (Saqsaywaman) es uno de los atractivos turísticos más populares de la antigua capital inca.
El historiador Humberto Vidal Unda considera que Sacsayhuaman (3399 m s.n.m.) cumplía una función religiosa —se realizaban rituales en los solsticios y equinoccios— y militar, debido al torreón de vigilancia de 30 metros de altura que existía en su parte superior, según la versión del Inca Garcilaso de la Vega.
Con una extensión de 3093 hectáreas, en el parque arqueológico visitarás otros sitios incaicos, como Q’enqo, Tambomachay y Puca Pucara, que enriquecerán tu experiencia y te permitirán conocer más del mundo andino.
8. Ciudad Sagrada de Caral
La cultura madre y la cuna de la civilización andina. Esa es la trascendencia y la importancia histórica que se le atribuye a Caral, un pueblo que se desarrolló entre los años 3000 y 1800 a. C. en el valle del río Supe, en la provincia de Barranca (región Lima).
Investigada por la arqueóloga peruana Ruth Shady, esta ciudad milenaria te impactará por sus plazas circulares, sus estructuras piramidales y su sistema de irrigación para desarrollar la agricultura.
Visitar Caral, a tan solo 200 kilómetros al norte de Lima (4 horas de viaje por carretera), es fundamental para entender los orígenes de las civilizaciones del antiguo Perú. Aprovecha tu estancia en la capital peruana para conocer una zona arqueológica declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco en 2009.
9. Parque Nacional del Manu
Los ríos, el bosque, las trochas, el cielo estrellado. La Amazonía con sus aventuras y avistamientos: un caimán bañándose de sol, unos monos brincando entre los árboles, las nutrias pescando en una laguna, los guacamayos picoteando sal en una colpa y las huellas de un jaguar que se oculta en la espesura.
El Manu, el parque nacional, la reserva de biosfera, el destino turístico en el que hay que navegar, caminar, explorar bajo la sombra de árboles gigantescos para observar algunas de las 5000 especies de flora y fauna —varias de ellas en situación vulnerable o peligro de extinción— que habitan en esta selva de vida.
Con una extensión que supera los 17 000 km² entre las regiones Madre de Dios y Cusco, el Manu es el territorio ancestral de los yora, harakmbut, mashko-piro, matsiguenka y wachipaeri, entre otros pueblos amazónicos. Por esa y otras razones, es indispensable ingresar al parque con un operador autorizado.
10. Huaca Pucllana
Entre las construcciones modernas y sofisticadas del turístico distrito de Miraflores en Lima, se encuentra una zona arqueológica preincaica que resistió los embates urbanísticos, convirtiéndose en un espacio de memoria histórica de la capital peruana, habitada desde mucho antes de la llegada de los españoles.
Construida con ladrillos de barro no fundidos, Pucllana el legado arqueológico de la cultura lima que se desarrolló entre los años 100 y 700 d. C. Tras su declive, fueron los waris los que ocuparon la huaca. Al visitarla conocerás sus plazas, pasadizos, rampas y hasta una pirámide de 25 metros de altura.
Ya lo sabes, cuando estés en Lima escápate a la Huaca Pucllana, ubicada en la calle General Borgoño S/N. Después de tu recorrido, date un gustito gastronómico en el restaurante de la zona arqueológica, donde encontrarás versiones sofisticadas de los clásicos de la comida peruana.
11. Baños del Inca
Pachacútec, Tupac Yupanqui, Huáscar y Atahualpa, se olvidaban de sus preocupaciones como gobernantes del Tawantinsuyo, en las aguas de Pultumarca («Lugar Caliente» en español). Ese era el nombre original de los Baños del Inca, el principal atractivo turístico de la ciudad de Cajamarca, en la sierra norte del Perú.
Los dignatarios incas llegaban a los baños para beneficiarse de sus propiedades curativas y purificarse espiritualmente. Cuenta la historia que el primer contacto entre Atahualpa y los conquistadores españoles, se dio en estas aguas de origen volcánico, cuyas temperaturas oscilan entre los 70 y 75° C.
Cercanos y accesibles —se encuentran a 6 kilómetros del centro de Cajamarca— los Baños del Inca son ahora un complejo moderno que ofrece diferentes servicios.
Aprovecha tu visita para conocer las pinturas rupestres de Callqpuma, localizadas a 2 kilómetros de las aguas termales que relajaban a los hijos del sol.
12. Monasterio de Santa Catalina
Fundado en 1579 por doña María de Guzmán, la primera priora y pobladora del monasterio, este complejo religioso de estilo barroco y renacentista es una muestra excelsa de la arquitectura religiosa colonial de la “Ciudad Blanca” de Arequipa.
El monasterio, construido con bloques de sillar en un área de 20 000 m², presenta cuatro claustros, cada uno de ellos con calles, plazuelas y jardines. Por su valor histórico y arquitectónico, Santa Catalina fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco en el 2000.
Los claustros de esta ciudad de la fe, son un testimonio vivo del proceso de evangelización del hombre andino y un símbolo de la religiosidad de la Arequipa colonial. Visítalo en la calle Santa Catalina # 301.
13. Reserva Nacional Tambopata
Por su cercanía a Puerto Maldonado, la capital de la región Madre de Dios, es uno de los destinos más accesibles y con mejor infraestructura para explorar la biodiversidad de la selva amazónica.
Con una extensión de 274 690 hectáreas, Tambopata es el hábitat de 632 especies de aves, 169 de mamíferos, 180 de peces, 1200 de mariposas y 103 reptiles. Esta vasta biodiversidad incluye varios animales en situación vulnerable o peligro de extinción que tienen en este bosque su último refugio.
Uno de los atractivos estelares de la reserva es el lago Sandoval, un espejo de agua donde observarás diversas especies de flora (castañas, bambúes, aguajes) y fauna (guacamayos, nutrias de río y maquisapas). La experiencia se complementa con un placentero y sosegado recorrido en bote que te conectará con la naturaleza.
14. Montaña Vinicunca
Es uno de los lugares más populares del Cusco. Su éxito es relativamente reciente y se explica por sus siete colores. Estos resaltan en las laderas y se extienden hasta la cumbre de esta montaña que se yergue majestuosa en los dominios del apu Ausangate.
El “arcoíris” de Vinicunca se origina por la existencia de distintos minerales, como el óxido de hierro (tonos rojos y naranjas), el cobre (matices verdes) y otros compuestos que generan el amarillo, azul y violeta que complementan la vistosidad de esta montaña del distrito de Pitumarca, provincia de Canchis.
El acceso a Vinicunca no es sencillo. Tendrás que caminar hasta alcanzar los 5200m s.n.m. por lo que es necesario estar aclimatado a la altura. Te recomendamos contratar los servicios de un operador local, para que tu experiencia sea mucho más agradable y segura.
15. Parque Arqueológico de Choquequirao
Una experiencia reservada para los que aman los caminos y les encanta explorar. Son 60 kilómetros y cuatro días de andar (ida y vuelta) por un sendero caprichoso que es pendiente y descenso, que es altura y profundidad, que es verdor cercano y cumbres nevadas en el horizonte.
Así es la ruta a Choquequirao, la “Cuna de Oro” (eso significa su nombre en español) y el último bastión de la resistencia inca. Construida en el gobierno de Tupac Yupanqui, presenta sorprendentes similitudes con Machu Picchu. En tiempos del Tawantinsuyo fue un punto estratégico de conexión entre los Andes y la Amazonía.
Choquequirao, en el distrito de Santa Teresa (provincia La Convención, Cusco), es arqueología y naturaleza. Sus plazas, viviendas y andenes (en los que resaltan las “llamas del sol” grabadas con piedra caliza) se erigen en una zona geográfica que es el hábitat del zorro andino, del cóndor y el oso de anteojos.
Si te gusta la aventura, la “Cuna de Oro” te está esperando. Si bien puedes recorrer el camino de manera independiente, te recomendamos contratar los servicios de un operador o guía local.
16. Parque Nacional Huascarán
Lleva el nombre de la montaña más alta del Perú y del pico emblemático de la cordillera Blanca, una zona geográfica con 712 glaciares, 300 lagos y 41 ríos que alimentan la cuenca del Pacífico. Este espacio natural es el hábitat de cóndores, vicuñas, pumas, osos de anteojos y vizcachas, entre otras especies andinas.
Creado en 1975 y con una extensión de 340 000 hectáreas, el parque es un destino de naturaleza y aventura. Aquí, el senderismo y la escalada son actividades tentadoras. El reto está planteado. No te preocupes por la dificultad porque hay rutas para principiantes y expertos.
Huaraz, la capital de la región Áncash, es el principal punto de partida para explorar el Huascarán (6768 m.). En la ciudad encontrarás operadores especializados en caminatas y andinismo. También podrás visitar los principales atractivos de manera independiente. Hazlo siempre con cuidado y precaución.
17. Valle Sagrado de los Incas
Historia, misticismo, arqueología y belleza paisajística en las cercanías del Cusco imperial. Esas son algunas de las razones que convierten a este valle fértil y a su rosario de pueblos de raíces prehispánicas, como Pisac, Calca, Yucay, Ollantaytambo, entre otros, en un destino turístico excepcional.
Por su productividad agrícola y ubicación estratégica entre el Cusco y la selva, el Valle Sagrado fue un centro administrativo y religioso de gran importancia para los hijos del sol. Las zonas arqueológicas que se mantienen en pie y las andenerías que siguen cultivándose, son el testimonio y la evidencia de su memorable pasado.
Ubicado en la provincia de Urubamba, el valle no solo te encantará por sus sitios arqueológicos, como Moray, Huchuy Qosqo, Pisaq y Ollantaytambo. Tu experiencia viajera se enriquecerá con otras propuestas y alternativas, como el turismo vivencial y un sinfín de actividades de aventura (senderismo, ciclismo, canotaje) .
18. Catarata de Gocta
Sus dos poderosas caídas o saltos de agua suman una altura de 771 metros. Esta medida la convierte en la tercera catarata más alta del mundo. En 2002, el alemán Stefan Ziemendorff sorprendió al mundo al anunciar el resultado de su trabajo de medición de Gocta, conocida localmente como La Chorrera.
Gocta es accesible desde los caseríos de San Pablo de Valera, Cocachimba y La Coca (provincia de Bongará, región Amazonas), a los cuales se llega por vía terrestres desde Chachapoyas, la capital regional (45 minutos). Después tendrás que caminar o cabalgar (la distancia varía dependiendo del punto de partida).
Los senderos están señalizados y en los caseríos encontrarás diversos servicios, por lo que tu única preocupación será la de cargarte de la energía de la naturaleza y sentir la enjundia de las aguas de Gocta.
19. Museo Tumbas Reales de Sipán
En 1987, el arqueólogo peruano Walter Alva encontró en la Huaca Rajada de Lambayeque, la tumba de un gobernante moche del siglo VII d. C. Su descubrimiento fue noticia mundial. Nunca se había hallado un entierro intacto de esas dimensiones en la costa norte del Perú.
El Señor de Sipán no estaba solo en su tumba. Los cuerpos de sus concubinas, un jefe militar, un soldado con los pies amputados, un vigía, un niño, un perro y dos llamas, lo acompañaban. Eso no era todo. Alrededor de 600 objetos y joyas de oro y plata conformaban su ajuar funerario.
Desde el 2002 el Museo Tumbas Reales de Sipán (avenida Juan Pardo Vizcardo y Guzmán 895, Lambayeque) atesora los restos del dignatario moche y las valiosas piezas halladas en la Huaca Rajada. Al recorrer sus salas comprenderás la trascendencia y el poderío de las civilizaciones prehispánicas del norte peruano.
20. Nevado Salkantay
En la cosmovisión andina, este apu de la cordillera de Vilcabamba controlaba el clima y la fertilidad agrícola. El Salkantay (6271 m) fue la deidad más antigua e importante para los incas, según el cronista Polo de Ondegardo. En su honor, los hijos del sol realizaban rituales y le entregaban diversas ofrendas.
Los siglos pasaron y si bien los conquistadores impusieron otra religión en los Andes, el respeto y el cariño por las montañas se mantiene. Hoy, el Salkantay, en la provincia de La Convención, convoca y atrae a escaladores que quieren conquistar su cumbre, a través de la ruta estándar de su vertiente noreste.
Un desafío reservado para los montañistas. Si no eres uno de ellos, aventúrate por las rutas de senderismo del Salkantay. Estas son una alternativa al célebre camino inca que serpentea hacia la maravillosa Machu Picchu.
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