
Deslumbrados por la belleza, la mística y el ambiente cosmopolita del corazón histórico y urbano del Cusco, los viajeros concentran sus miradas en la pileta de hierro fundido coronada por la imagen del inca, en la fachada renacentista de la Catedral y en los portales con sus arcos de piedra labrada.
También aprovechan su visita para comprar una que otra artesanía, degustar un buen plato típico o de comida internacional y, finalmente, sentarse en una de las bancas para ver pasar el tiempo y, tal vez, hacer amigos con los cuales compartir su experiencia en la antigua Huacaypata, como era llamada la actual plaza de Armas.
Pero eso no son todos los atractivos. La plaza alberga algunos secretos y detalles fascinantes que suelen ser ignorados. Te invitamos a descubrir esas curiosidades que te transportarán a través del tiempo y la historia del Cusco ancestral.
Contents
1. La placa conmemorativa a Tupac Amaru II

En 1780 y 1781 el grito rebelde de Tupac Amaru II remeció las montañas cusqueñas y los cimientos del virreinato del Perú, que se extendía en gran parte del territorio sudamericano.
La gesta del cacique indígena nacido en Surimana (provincia de Canas, Cusco) bajo el nombre de José Gabriel Condorcanqui, comenzaría el 4 de noviembre de 1780 en la localidad de Tinta, con la captura del corregidor Antonio de Arriaga.
Después de varios enfrentamientos, el rebelde sería apresado el 6 de abril de 1781. En mayo, el visitador José Antonio de Arreche emitiría una sentencia condenatoria contra Tupac Amaru II, su esposa Micaela Bastidas y sus principales colaboradores.
La sentencia se cumpliría el 18 de mayo en la plaza de Armas del Cusco. Ese día, las extremidades del cacique fueron atadas a las patas de cuatro caballos. Querían descuartizarlo, pero no pudieron. Finalmente, el cacique sería decapitado.
El suplicio de Tupac Amaru II es recordado en la placa conmemorativa que se encuentra el paraninfo de la Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco. Es una manera de honrar a uno de los líderes más importantes de la resistencia indígena en la América española.
2. El reloj de la Catedral

Cuando estés frente a la Catedral, fíjate con detenimiento en el reloj que está en su fachada, entonces, verás que las horas están representadas en números romanos. Luego, observa con atención el número cuatro y te llevarás una sorpresa.
Y es que en el reloj de la Catedral el cuatro en romanos no está escrito así: IV. Su grafía es distinta: IIII. ¿Es un error que durante siglos nadie se atrevió a corregir?
La respuesta es no. Se sabe que en los primeros relojes mecánicos el número cuatro se representaba de esa manera, para mantener una simetría visual. Esa es una teoría. Hay otras que hacen referencia a un relojero despistado que se equivocó. Esto generaría la ira de un rey que lo mandó a ejecutar.
Después de esa tragedia, sus colegas —en un valeroso gesto de rebeldía—, empezarían a colocar el IIII en todos los relojes que fabricaban.
3. La placa de Rodney Collin

“Aquí dio su vida Rodney Collin para proyectar la armonía, mayo 3 de 1956”, se lee en una placa colocada en el piso de la nave izquierda de la Catedral del Cusco.
Pocos la ven y, quienes lo hacen, desconocen que Collin fue un pensador y escritor místico británico, célebre por su interés en la filosofía esotérica y la sabiduría tradicional.
Sus publicaciones sobre el Cuarto Camino combinan elementos de psicología, misticismo y desarrollo personal. Su pensamiento es fundamental y mantiene su vigencia en los círculos esotéricos y filosóficos
La relación de Collin con el Cusco tuvo un final trágico. El 3 de mayo de 1956, como se indica en la placa, el místico británico sufrió un paro cardíaco, cayendo desde el campanario de la Catedral.
Ese fue el final de una vida dedicada a la búsqueda espiritual y al estudio de las enseñanzas místicas. Collin, legó a la humanidad obras como El desarrollo de la luz y La teoría de la influencia celestial, que incluyen textos sobre la evolución espiritual, la conciencia y el propósito de la vida humana.
4. El inca que fue un apache

Un apache en vez de un inca en la pileta ornamental de la plaza de Armas. Difícil de creer y de entender, pero es verdad. Eso sucedió en el siglo pasado, cuando el estadounidense Albert Giesecke, rector de la Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco, adquirió en Philadelphia la escultura de un indio norteamericano.
Hay diversas versiones sobre este hecho, pero lo indiscutible es que la escultura fue colocada sobre la pileta de hierro fundido de estilo republicano. Esta fue adquirida a la empresa estadounidense Janes, Kirtland & Co e instalada en el centro de la plaza en 1872. Ubicación que mantiene hasta hoy.
No sucede lo mismo con el apache que, en el 2011, fue “desalojado” por el alcalde provincial del Cusco, Luis Flórez, quien decidió reemplazar al “intruso” norteamericano por la imagen de un inca que representara las raíces históricas de la ciudad.
Su decisión generó polémica y muchas discusiones. Las voces en contra alegaban que el cambio era un atentado contra el patrimonio histórico y cultural de la ciudad. Otros, vieron el reemplazo como un acto de reivindicación y reconciliación histórica con las raíces andinas y las culturas precolombinas del antiguo Perú.
Con o sin polémicas, el inca que representa a Manco Capac (primer gobernante) sigue en lo más alto de la pileta, siendo uno de los mayores atractivos de la plaza de Armas. No dejes de tomarle una foto y recordar esta historia cuando estés frente a él.
5. Inscripción de la fundación

Cuando el Cusco era amenazado por las fuerzas rebeldes de Manco Inca, Santiago Apóstol descendió de los cielos para luchar y apoyar a los conquistadores.
El relato es similar al que describe el triunfo ibérico sobre los moros y fue utilizado para justificar la expansión y la conquista española del llamado Nuevo Mundo.
Actualmente, es difícil leer las dos inscripción que se encuentran en el templo de El Triunfo en la Catedral del Cusco, por lo que nosotros la transcribimos para ti.
En la primera inscripción dice: “En este lugar, galón, años después iglesia, donde puso sus plantas María Madre de Dios ostentando su poder, haciendo cielo este sitio y victoria de batalla feliz de la conquista, asombrando un sinnúmero de indios, apagando el incendio de estos bárbaros, amparando a los españoles, plantando la fe y convirtiendo a estos gentilísimos, eligiendo como a patrona de sus triunfales aras, año 1664.»
El texto de la segunda es el siguiente: “De este mismo sitio fue visto salir el Patrón de las Españas Santiago Apóstol a derribar los bárbaros en defensa de la predicación evangélica y atónita la idolatría veneró Rayo al hijo del Trueno rindiendo homenaje al cetro hispánico guerreando. Año 1664”.
Inscripciones de fe y de conquista. Ayuda divina para consolidar la presencia hispana en el Cusco incaico. Así fue escribiéndose la historia de una de las ciudades más impactantes del mundo. De eso te darás cuenta cuando estés aquí, recorriendo sus calles, explorando su plaza de Armas.

6: La cruz de la calle del medio

En la intersección de las plazas de Armas y Regocijo, en una vía que por su ubicación es llamada la calle del Medio, verás una cruz de piedra tallada que se levanta sobre una base robusta.
De origen colonial, este símbolo religioso tiene una historia particular que aparece en la obra Tradiciones cusqueñas de Clorinda Matto de Turner, una figura fundamental de la literatura femenina e indigenista en el Perú.
El relato de Matto de Turner revela que el próspero comerciante Francisco Cartagena, contaba con la leal amistad y colaboración de Fermín Alarcón y su esposa Maruja.
Su confianza era tan profunda que cuando tuvo que ausentarse de la ciudad por razones familiares, le encargó todos sus negocios y bienes a Fermín.
El tiempo pasó y Francisco retornaría al Cusco. Su sorpresa fue grande cuando su amigo lo ignoró por completo. Desesperado, desafió a Fermín a negar ante Dios y en una misa que ambos se conocían.
Su examigo lo hizo, deshonrando su juramento y tratando de engañar a Dios. Ese fue su gran error. A partir de ese momento la vida de Fermín se fue consumiendo poco a poco, hasta que murió trágicamente en la esquina de la calle del Medio. Tiempo después se pondría la cruz que verás en tu visita al Cusco.
Tras la muerte de su esposo, Maruja por temor o arrepentimiento devolvió todos los bienes a Francisco. Ese fue el acto final de un oscuro capítulo marcado por la traición y la codicia, y, a la vez, una lección sobre la importancia de la lealtad y la honestidad.
7. La casa del portal de Carnes

En 1950 la tierra tembló con furia en el Cusco. Después del sismo, una casa antigua de tres pisos que se encontraba en el portal de Carnes y la calle Suecia, tuvo que ser derribada para facilitar el tránsito en la plaza de Armas.
No fue la única construcción que corrió esa suerte. El arco que estaba al lado y permitía el acceso de vehículos motorizados, fue reemplazado por un arco de medio punto y tres arcos que, hasta hoy, es el ingreso peatonal a la calle Suecia.
La fotografía que mostramos es de la casona del portal de Carnes que, en sus inicios, fue llamado el portal del Comisario, porque ahí vivía el inquisidor mayor. Posteriormente sería llamado portal de Carnes o de Zapatos.
Tours ¡Gratis! en Perú
Reserva ahora nuestros free tours conducidos por guías profesionales, autorizados y expertos en Free tour Cusco, Free tour Lima y Free tour Arequipa, reservar es gratis.