Los siete colores del arcoíris se convirtieron en bandera y flamean en el cielo del Cusco. Al verla, muchos viajeros la confunden o creen que es el emblema del orgullo LGBTQ+, lo que despierta su curiosidad por conocer algo más de este símbolo que genera controversia.
Entre la extrañeza de algunos y la incomprensión de otros, lo fundamental es comprender que más allá de sus evidentes similitudes, la bandera cusqueña y la del orgullo LGBTQ+ representan diferentes identidades y luchas.
Ten en cuenta que ambos símbolos expresan la historia y la herencia de comunidades específicas, además de reflejar sus valores, creencias y luchas. Las dos banderas tienen un significado profundo y personal para quienes la reconocen como propia.
Conocer ese significado es esencial para promover la tolerancia y la comprensión entre diferentes culturas y grupos de identidad.
En busca de ese objetivo, en este artículo te ayudaremos a distinguir la importancia de la bandera del Cusco y la del movimiento LGBTQ+. Su reconocimiento pleno contribuirá a la promoción de la diversidad y la inclusión en nuestra sociedad globalizada.
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¿Los incas tenían banderas?
Al igual que otras culturas precolombinas, los hijos del Sol no tenían una bandera en el sentido moderno de la palabra. En esta parte del mundo, los pueblos y civilizaciones crearon sistemas complejos de comunicación visual y simbología.
María Rostworowski, historiadora e investigadora peruana, menciona que no existieron banderas en el antiguo Perú, pero que los incas tenían una variedad de símbolos visuales para representar su autoridad y su identidad como imperio.
Los emblemas, estandartes y símbolos textiles se utilizaban en ceremonias, rituales y batallas para identificar a las unidades militares o representar a la autoridad real.
La noción de una bandera en el mundo andino como la que entendemos hoy, surgiría con la llegada de los españoles y el posterior desarrollo de los estados-nación modernos.
Una bandera contemporánea
Era hasta cierto punto extraño que el Cusco, una ciudad con raíces culturales tan profundas, no tuviera una bandera. La inexistencia de un símbolo que se convirtiera en un factor de integración e identidad, fue la razón por la que una emisora radial convocó a un concurso para crearla en 1973.
La iniciativa fue recibida con entusiasmo por la audiencia de radio Tahuantinsuyo, deseosa de tener una bandera que representara la historia y la identidad incaica de su tierra.
El diseño ganador tenía siete franjas horizontales de igual tamaño con los colores del arcoíris, los cuales representan la diversidad cultural y natural de la ciudad y el imperio fundado por Manco Capac y Mama Ocllo.
El 9 de junio de 1978, el alcalde Gilberto Muñiz Caparó la instauró como la bandera oficial del Cusco. Desde entonces es utilizada en actos oficiales, ceremonias cívicas, festividades regionales y protestas sociales.
LGBTQ+: el otro arcoíris
Lejos del Cusco, el 25 de junio de 1978, el artista estadounidense y activista gay, Gilbert Baker, crearía la famosa bandera que representa la diversidad y la inclusión de la comunidad LGBTQ+ (lesbianas, gays, bisexuales, transgéneros y queer).
Exhibida por primera vez en la Marcha del Orgullo de San Francisco, su creador se inspiró en el arcoíris, un fenómeno natural colorido, hermoso y universalmente reconocible.
El diseño original tenía ocho franjas de colores, a las que Baker les dio el siguiente significado: rosa (sexo), rojo (vida), naranja (sanación), amarillo (sol), verde (naturaleza), turquesa (arte y magia), azul (serenidad) y violeta (espíritu). En 1979 las franjas rosas y turquesas fueron suprimidas.
Pero más allá del número de franjas, la bandera es un símbolo reconocible de solidaridad y apoyo a la lucha por los derechos de la comunidad LGBTQ+, en un mundo que todavía discrimina, criminaliza y persigue a las personas con orientaciones sexuales e identidades de género diferentes.
¿Cuáles son las diferencias entre las dos banderas?
Diseños similares, pero no idénticos y, para evitar confusiones, te enseñaremos a diferenciarlas:
- La bandera cusqueña tiene siete franjas horizontales de igual tamaño y de colores vibrantes. Estos suelen ordenarse así: rojo, naranja, amarillo, verde, celeste, azul oscuro y violeta.
- Desde el 2021, la bandera del Cusco lleva el Sol de Echenique, una pieza prehispánica que es el símbolo y el escudo de la ciudad.
- La bandera LGBTQ+ tiene seis franjas horizontales. El orden de sus colores es: rojo, naranja, amarillo, verde, azul claro y violeta. Si bien existen variaciones en el número y el orden de las franjas, el diseño básico es ampliamente reconocido como el símbolo de la comunidad LGBTQ+.
La importancia de reconocer las banderas
- Diferenciar las banderas te permitirá entender el significado e importancia de cada una. Así evitarás malentendidos y mostrarás tu consideración hacia las comunidades que son representadas por ambos símbolos.
- Te permitirá comprender mejor el contexto en el que son utilizadas y te llevará a valorar las importancia que estas tienen para los cusqueños y la colectividad LGBTQ+.
- Reconocer la bandera del Cusco y la LGBTQ+, favorece y fomenta la diversidad cultural, la inclusión, la tolerancia y el respeto a la identidad sexual. Todos estos valores contribuyen a generar una sociedad más justa y solidaria.
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